Sonaba cada noche, con llegar a su casa y encender el televisor. Rociar el suelo de la sala con los zapatos. Quitarse los pantalones y posteriormente, ese terrible sujetador que el había aprisionado durante todo el día, y pasearse libre.
Calentar un bol con leche para mojar sus cereales favoritos y esperar el sueño en esa postura estirada que tanto placer le daba. Y esperar la llegada del sueño.
Soñaba una y otra vez con lo mismo, un lugar al que llamar hogar, un lugar que hacer suyo, una vida donde pudiera tomar decisiones.....
mi rincón perdido
domingo, 2 de julio de 2017
Mío
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Permitele salir....
Desde hace algún tiempo, me pregunto de donde me viene esa pasión por las letras o mejor dicho el por qué.
Vengo a referirme, a ese ansia que me invade cuando cojo un libro de parar el reloj y devorar todas y cada una de sus páginas, o simplemente a la necesidad que siento de plasmar a cada momento las ideas e historias que se me pasan por la cabeza en cualquier servilleta, folio o en las innumerables notas de mi móvil. Borradores que finalmente suelen terminar en el olvido, pero calman alguna parte de mi.
Algunos, torpemente, ante ni humilde opinión, lo interpretan como la necesidad humana de desahogarse. Yo, prefiero tomarlo como el alma soñadora e infantil que todos ocultamos.
Y es que, tras cada pagina, se esconden emociones que nos impedimos sentir en nuestro día a día. Somos capaces de sentir a través de unos ficticios personajes que hacen lo que nosotros soñamos.
Incluso en cada letra que transcribimos de nuestros pensamientos sobre ese folio en blanco, estamos liberando emociones, sueños y sentimientos que nosotros mismo encerramos en lo mas profundo.
Hazte un favor, y permitele salir.
A veces, nos ocultamos tanto tras nuestra máscara de seguridad, sensatez y firmeza, que nos estamos robando esa inocencia y esos sentimientos que todos llevamos escondidos en nuestro interior, ahogandonos en la rutina y la frialdad.
Parate y dialoga por un segundo contigo mismo. Permitete sentir realmente, sin miedo y sin autocoaccion.
Parate y siente realmente lo que quieres, lo que te hace feliz, la persona que extrañas, o la que amas, y ahora no pares hasta conseguirlo.
Date la oportunidad de ser humano, y tranquilo, este minuto de "debilidad" solo se queda entre tu y yo :)
martes, 4 de octubre de 2016
Un mar de sentimientos...
Continuó con la mirada perdida en el folio hasta que el último punto cerró el texto misterioso, siendo incapaz de leer siquiera una coma.
Se quedó pensativa, exhausta, tranquila... inconscientemente, había rellenado dos folios que nunca serían leídos, pero que levaban años deseando ser escuchados.
Las únicas palabras que fue capaz de pronunciar fueron "Te quiero", mientras su visión se nublaba oculta tras aquellas gotas de agua salada que inundaban sus oscuros ojos.
Cerró el telón tras un suspiro y se sumió en una acogedora oscuridad mientras arrugaba con fuerza sus sentimientos más escondidos, jurándose que era la última vez que les permitía flotar, en el mismo instante en que se despedía de ellos valientemente, viendo como las olas los arrastraban hacia la lejanía de un mar en calma postrado ante ella.
Se levantó con firmeza y comenzó a caminar hacia un nuevo destino, preparada y lista para afrontar nuevos retos dejando atrás un mar de sentimientos olvidados.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
¿Por qué te paras?
jueves, 23 de junio de 2016
CAPÍTULO 1
lunes, 18 de abril de 2016
Hazmelo por sorpresa....
Era el momento. Una mano se deslizó sutilmente en la recién llegada recorriendo su espalda y provocando un escalofrío intenso, y poco a poco sentía como el calor del cuerpo contiguo se acercaba en silencio. las manos se fueron acercando a su piel en un intento de encontrar respuesta, pero permanecía inmóvil, hasta que al compás de las caricias su blusa se subió a la altura de sus pechos, haciéndola estremecerse.
Intentó girarse pero sin darse cuenta se encontraban tan cerca la una de la otra que le era imposible enfrentarse a su pasional agresora, y se dejó llevar.
Poco a poco, aquellas manos juguetonas recorrieron su cuerpo desde sus senos hasta el borde de su ropa interior, dibujando pequeños `círculos que quedaban sumergidos en el pequeño placer del movimiento.
A cada subida y bajada, su respiración se agitaba más y deseaba girarse y encontrarse con los labios de su atacante, pero era demasiado tarde cuando otra mano acompañó el recorrido y se vio sumergida en un mar de caricias que excitaban sus pezones y se mojaban en su entre piernas.
sus caderas, tímidamente, empezaron a marcar el ritmo cuando los ágiles dedos comenzaron a divagar entre sus labios inferiores, y sintió un placer extremo cuando el movimiento se sincronizó con el que se producía en el epicentro de sus senos. Los minutos se le hacían segundo mientras se veía cada vez más inundada por la excitación, el placer y la sensación de sentirse poseía de aquella forma, tan salvaje y a la vez tan cálida.
El ritmo de sus caderas aumentaba y se acompañaba por las de su amante, gimiendo y suspirando a la vez, muda de palabras y gritando sensaciones indescriptibles, sintiendo como su entre pierna se humedecía cada vez más cuando más jugaban aquellos dedos con su clítoris, y de pronto, una explosión recorrió todo su cuerpo haciéndola temblar incontrolablemente, gimiendo como nunca antes lo había hecho, y dejando salir un caudal placentero por su parte más intima.
No había opuesto resistencia. No había querido ponerla. Y ahora, se encontraba sin fuerzas entre unos brazos ansiados desde hacía mucho tiempo, los mismos que la habían hecho rozar el cielo hacía un segundo, y de los cuales no quería escapar nunca más.
... y siguió caminando
No había nadie más, el sol caía y la calle se proclamaba vacía, mientras sus pies se esforzaban por avanzar y una fuerza invisible presionaba su pecho, impidiéndole seguir.
Esa situación que tanto se repetía y que la hundía en la monotonía de esperar que alguien viniera a su encuentro para ayudarla a romper la barrera que la paraba, quizás una barrera que ella sola se ponía, quizás fuera por sus incontrolables ganas de no sentirse tan sola ni tan vacía, o quizás fuera una barrera necesaria para hallarse en aquella situación, a solas con su sombra, para entender por fin que tarde o temprano se encontrarían las dos en la vacío, que por mucho que ansiara la fuerza externa, era la interna la única capaz de hacerla seguir avanzando.
Clavó el talón en el suelo haciendo fuerzas para levantar la otra rodilla que aún descansaba en el suelo y levantó la cabeza. Respiró hondo, y poniéndose en pie, siguió caminando.